Me encantaría decidir
mi suerte con una moneda,
pero soy más de escribir
pros y contras en la tierra.
Hasta que llega el chaparrón
y me la pela el dolor.
Me camuflo con el barro
y pongo rumbo al rocanrol
canturreando algún bolero.
Yo siempre seré un niño viejo.
Siempre dispuesto a aprender,
siempre muerto de miedo.
Acostumbrado a frecuentar
la noche como compañía,
busqué un amor en cada bar,
y en los puertos, melancolía.
Pero no supe dormir
sin encender una luz
y aprendí a escribirme cuentos
para que los cantes tú,
mientras me abrazas en sueños.
Yo siempre seré un niño viejo …
Y sin más bastón que un juguete
aprendí a crecer.
Volviéndome loco hasta comprender
que sólo soy lo que siento.
Y por fin logré olvidarme contigo de mí.
Y aspiro a ser libre hasta sonreír.
Como un bebé con su abuelo,
volando cerca del suelo.
Yo siempre seré un niño viejo …