SUERTE
La cama de un hotel con la luz roja de un cartel
un motor atormentado agoniza en algún lado
y en el eco del aplauso queda lo que ya no alcanzo.
Los billetes arrugados contra un velador quemado
la garganta castigada abre el mini bar sin ganas
no se duerme el que no quiere que los sueños se lo lleven.
El teléfono es espejo donde mirarse perplejo
esperando una llamada se escuchó una carcajada
desde alguna habitación desde la calle o desde dios
El perfume a limpia alfombras narcotiza entre las sombras
cada cual a su fantasma lo deprime o lo entusiasma
y a las tres de la mañana el que no pierde no gana.
Suerte, lo que se dice buena suerte
sería hoy volver a verte
donde nadie se sabe encontrar.
Fumo y escondo el miedo tras el humo
ya nadie puede estar seguro
de que este sea el lugar.
La guitarra se resbala porque la pared le gana
si supieran las canciones que nacieron sin patrones
no andarían persiguiendo que no se les mueva el tiempo.
Una ducha de agua fría rompe la melancolía
hay un bar que nunca cierra en los confines de la Tierra
con la ropa del concierto se puede vestir a un muerto.
Suerte…
De la boca para afuera hay una ciudad cualquiera
una plaza, una terraza, una Catedral que atrasa
autos muy de vez en cuando y yo solo caminando.
Me bajé del escenario inquilino propietario
con el mapa del tesoro con la cruz sobre mi lomo
y al llegar donde la vi no había más que mi perfil.
Suerte…