Por lo menos te he mandado cien mensajes
súper cursis, en plan sueño con tu boca.
Por favor, no se lo cuentes a nadie,
que esta noche yo es que estoy un poco idiota.
Quizás me he cargao más la última copa.
El caso es que estaba fría mi cama
y te echaba de menos mi pijama
y de abrazarte y de estrujarte, me moría de ganas.
Porque soy igual que un niño castigado sin recreo,
dibujando corazones cada vez que no te veo.
Pero, no pasa nada, mañana se me quita.
Olvida mis chorradas, demasiadas cervecitas.
Simplemente te he mandado cien mensajes
súper cursis en plan sueño con tu boca.
Por favor no se lo cuentes a nadie
que esta noche yo es que estoy un poco idiota.
Esto debe ser como una gripe.
En vez de fiebre lo que ocurre es que sonríe
mi cara si recuerdo los momentos en que te siento
tan cerca y me entretengo
dibujando corazones como un niño sin recreo.
Con lo golfo que yo he sido y lo tonto que hoy parezco.
No me tomes en serio, yo al menos no lo haría.
Pero cuelga tu primero, (¡Joder macho vaya día!).
Y es que, encima, te he mandado cien mensajes,
súper cursis en plan sueño con tu boca.
Por favor no se lo cuentes a nadie
que esta noche yo es que estoy un poco idiota.
Mal te veo, rafita, mal te