La niña de Getxo, tumbada en mi pecho,
jugaba a ser fuerte sin miedo a luchar.
Tranquila, mi vida, tal vez llegue el día
en que puedas llorar, dejarte…
Si me tiembla el corazón
y siento que se quiebra el hilo de mi voz,
será que te echo de menos.
Aunque no logro entender.
¿Por qué, si ahora decido no ganar,
el destino me pone en la manga un as
cuando pasas delante?
Que te quise al escucharte, violadora emocional.
Fuiste mía cuando intentaste escapar.
No me cojas la mano, si es verano y te irás.”
Tú eres muy chula y muy blanca de piel.
¿Qué esperabas, cariño, si soy vasca pues?”
Entrecruzados bebimos, aquel chupito de Bilbao.
Y no juguemos a engañarnos,
vete fuera, olvídame.”
Tras dos besos dije agur y me largué
y muchas noches me pregunto
¿Por qué no te secuestré?
La niña de Getxo, tumbada en mi pecho,
jugaba a ser fuerte sin miedo a luchar.
Tranquila mi vida, tal vez llegue el día
en que puedas llorar, dejarte llevar.
Mi vida hoy sigue su camino;
me gusta, es el que elegí.
Pero aún hay veces en que me sorprendo
soñando que vuelvo por ti.