Supongo que esta canción no suena a primavera,
que más que componerla descompongo
pedazos de verdad.
Me huelo que dentro de un segundo voy pa’l suelo.
A oscuras me parece un buen momento
para reconocer que la foto de mi alma es trucada.
Soy un mago que no tiene baraja.
Fuiste conejo en mi sombrero
y ya no se sigues dentro, aunque supongo
que debes de seguir siendo tan guapa.
el negro favorece tu cara
y hoy llueve en la ciudad.
Merezco que huyas cada vez que te sorprendo.
Regalo un cielo y luego cobro un precio.
¿Y cuál es la verdad?
Pues que, de tanto buscarme, me he perdido,
nunca quise arrastrarte conmigo,
pero tú te empeñaste y ahora ¿Cómo explicarte?
Que a menudo me despierto borracho en los portales
y aunque no sé ni mi nombre, sé que quiero abrazarte.
Te olvido, pero en el fondo te recuerdo y me digo
¿Qué hay de falso en lo que muestro,
de cierto en lo que escondo?”
Yo nací para echar piedras y romper el tejado
que protege tu futuro, porqué pasé el pasado
soñando algo a lo que te pareces.
Si ahora mi reino se desvanece, me opongo.
¿Te tengo? ¿Me comprendes?
¿Te quiero o simplemente lo supongo?
Supongo que a veces estoy triste cuando lloro,
pero hay cosas que se tienen que hacer solo.
No vuelvas a llamar.
Y es que sé que ya no quiero echar cemento
a mis errores sino al miedo.
Dame la mano y quizás
seré capaz de volar
contigo rumbo a un cielo de soñadores,
sólo espero que acepten fumadores.
Ten el valor de no soltarme,
incluso cuando te cante…